La familia de Luis y Lourdes Gutierrez
José, hijo de José López y Filomena Neira, tuvo dos hermanas, Rosalía e Inés.
Inés se casó con Domingo Gutiérrez Marbán, tuvieron un hijo, Luis Teodoro José,
nacido el 10 de agosto de 1942, y una hija, Sara, nacida el 10 de septiembre de
1951. Ellos vivían en el Vedado, un barrio de La Habana, y visitaban con
frecuencia la casa de Rosalía y su esposo Ricardo en la Víbora, otro barrio de
La Habana. Filomena, ya viuda, vivía con ellos, y Pepe vivía en los altos.
Luis y Ricardito, el mayor de Rosalía, eran aproximadamente de la misma edad,
jugaban mucho juntos, y también hacían algunas travesuras juntos.
Toda la familia de reunía frecuentemente en casa de Juan Quiroga y Cermen Neira
(hermana de Filomena) en Santa María del Mar, una playa muy bonita al este de La
Habana. Todos tenemos gratos recuerdos de aquellas excursiones a la cass de los
Quiroga y a la playa.
En 1959, con la entrada de Fidel Castro en La Habana, las cosas empezaron a
complicarse. Luis, que estaba en el quinto año de bachillerato en el Colegio
Baldor, tuvo la primera experiencia negativa del nuevo gobierno cuando éste
intervino el colegio por considerarlo un nido de contra-revolucionarios. El Dr.
Aurelio Baldor era un hombre muy querido y respetado, y un excelente profesor de
matemáticas. La forma en que fue insultado y ultrajado por agentes del gobierno
fue una gran injusticia.
Cuando Luis empezó en la Universidad de La Habana, en septiembre de 1959, ya era
miembro de un grupo jesuíta de acción católica cuyo sacerdote conocía bien a
Fidel Castro, que había estudiado en el colegio de los jesuítas.
Este sacerdote tenía malos presentimientos sobre los planes de Fidel Castro.
Luis participó en algunas protestas contra las injusticias del gobierno
revolucionario, fue detenido un par de veces por agentes de seguridad, tuvo que
esconderse después del fracaso de la invasión de Bahía de Cochinos (Abril 17,
1961). Eventualmente, Luis salió de Cuba, con destino a Venezuela, como si fuera
un seminarista jesuíta.
Los jesuítas de Venezuela descubrieron rápidamente que Luis no tenía vocación de
cura, y todos sus amigos estan en Miami, así que Luis decidió venir para los
Estados Unidos, llegando a Miami el 2 de noviembre de 1961.
En Miami conoció a Lourdes María Valdés, también de origen cubano, y se
comprometieron el 29 de abril de 1962. Después de la "crisis de los cohetes" (octubre
1962) ya quedó claro que lo de Cuba era para largo, así que Lourdes y Luis
decidieron casarse para ir juntos a la universidad.
Luis y Lourdes se casaron el 24 de agosto de 1963 en Miami. La luna de miel fue
el viaje de Miami a Gainesville, Florida, con algunas paradas en las playas.
Gainesville es donde está la Universidad de la Florida.
Allí vivían en un apartamento amueblado, y con todas las utilidades y
mantenimiento incluído, por $29.50 al mes. Estos apartamentos estaban dentro de
la universidad, y habían sido construídos para los veteranos de la segunda
guerra mundial.
Luis y Lourdes tuvieron allí un hijo, Luis Teodoro, nacido el 24 de agosto de
1964, y una hija, Lourdes María, nacida el 2 de enero de 1968.
Luis terminó su bachillerato en ingeniería en 1967, y la maestría en 1968, y
enseguida fue reclutado por la IBM, con la cual permanecería hasta retirarse con
30 años de servicio en 1998. En 1970 fue a estudiar a Georgia Tech, conde
terminó el doctorado en 1974. Entonces la IBM asignó a Luis a un proyecto en el
area de Wahington DC, y todavía seguimos viviendo en un suburbio de Washington
DC en Maryland.
Luis y Lourdes ya tiene cuatro nietos. Luis Jr. se casó con Lilliam Machado y
tienen a William Ambrose (12) y Charlotte Antonia (10). Ellos viven en Bethesda,
Maryland. Lourdes María se casó con Joseph Lee Kellam y tienen a Matthew Joseph
(9) y María Isabel (7). Ellos viven en Yorktown, Virginia.
Todos están saludables y se están desenvolviendo bien en los trabajos y en las
escuelos, lo cual es una gran alegría.
Recientemente (diciembre 2006) Luis fue a Miami a visitar a Ricardito, que
estaba muriendo -- de hecho, murió a los pocos días. Pidamos a Dios que nos
ayuda a envejecer con gracia y ecuanimidad, hasta que nos llegue la hora de
emprender el largo viaje.
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